sábado, 26 de agosto de 2017

Las flores necesitan agua

Han pasado 4 años desde que Aegon I Targaryen fuera bendecido por los siete aceites en la ciudad de Antigua y nombrado Señor de los Siete Reinos. Le recuerdo encabezando un ejercito, nada especial, pues el de mi abuelo fue mucho mayor, solo que él iba a lomos de un dragón rojo y negro llamado Belarion. En Antigua le recibieron con las puertas abiertas y desde entonces todo Poniente le pertenece... salvo un reino, Dorne.

El reino de Dorne, al sur del continente, se mantuvo neutral durante la conquista de los dragones. Después de eso, todos esperaban que la casa Martell hincara la rodilla cuando la reina Rhaenys volara con su dragón Meraxes hacia la capital. Pero no fue así. Los dornienses no se rendirían tan fácilmente.

Así comenzó la Primera guerra dorniense, innecesaria para todo poniente pero no para el orgullo del rey, pues para él no tenía sentido ser el Señor de los siete reinos si solo lo era de seis de ellos.
En el año 4 AC, las tropas Targaryen y Tyrell avanzaban por el Este de Dorne hacia el 'Paso del Principe'. Entre el destacamento de los Tyrell, hombres de las casas de todo el Dominio marchaban detrás de su señor, Harlen Tyrell.

Después de 4 años en el anonimato viviendo en Cider Hall, he aprendido a dominar el arte de la espada con una técnica que me enseñó un Braavosi que fue escudero del llamado 'Primera Espada de Braavos'. La técnica, llamada Danza del Agua, hace hincapié en rápidos movimientos gráciles, el sigilo, el equilibrio, la espada que forma parte del brazo, y ver con todos los sentidos.
Tiempo después de mi entrenamiento, descubrí que mi entrenador no fue escudero de nadie, ni siquiera era Braavosi. Las técnicas de las que era conocedor, las aprendió en los textos que robó de la Ciudadela donde se explicaban al detalle los combates épicos que habían ocurrido a lo largo de la historia.
Pero no le juzgo, pues una vez me dijo "Chico, chica... que más da. Eres una espada. Es lo único que importa." Tal vez solo quería alguien a su lado con quien no sentirse solo, al igual que yo. Por eso nunca le conté que sabía la verdad.

La guerra dorniense comenzó, y nos llamaron a filas para combatir. No era mi guerra, pero mi objetivo se encontraba en ella. Harlen Tyrell, el traidor a mi familia.

En Dorne podría encontrar la muerte, a pesar de ir con los Targaryen, pues de todos es conocida la astucia de los dornienses en combate y la habilidad para esconderse por sus terrenos, desconcidos para nosotros. Pero era mi oportunidad para vengarme de Harlen. Él podría morir allí, pero quería ser yo quien le diera muerte.

La ciudad de Cider Hall se encuentra en la bifurcación del rio Mander. Dos caminos de agua. Como dice mi entrenador, "estamos hechos de agua". La decisión es mía. ¿Qué camino tomaré?

Quedarme en Cider Hall o ir a la guerra y vengar a mi familia...


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